
El día que un “no” me amargó… y un rato con mi familia me devolvió la alegría
Un “no” inesperado me dejó frustrado: la visa para correr el Maratón de Berlín fue rechazada. Pero ese mismo día, una reunión familiar que no buscaba consuelo terminó regalándome algo mucho más valioso: la alegría de volver a conectar con mis raíces, mis afectos y todo lo que sí permanece.